viernes, 28 de enero de 2022

A PROPÓSITO DEL CORONAVIRUS

1, Te proponemos un texto, léelo dos veces.

“¿Por qué el coronavirus, cuáles son sus causas y efectos? De ello puede hablarnos el biólogo o el médico, también el psicólogo o el economista. Pero solo la fe da el horizonte último que unifica las miradas parciales. El creyente no tiene todas las respuestas, pero conoce a quien sí las tiene. Lo conoce y sabe invocarle, para que le ayude a vivir esta hora con sentido. Creer en Dios significa que nuestro “¿por qué?” puede transformarse en “¿para qué?”

“En el programa del reino de Dios”, decía san Juan Pablo II, “el sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor al prójimo” (Salvifici Doloris 30). También el sufrimiento del virus está presente para que se reavive en nosotros el amor. Hacia este amor conduce la providencia todas las cosas. Por eso quien cree en la providencia no responde con la dejadez o la irresponsabilidad, sino con la inteligencia del amor.

Despertamos al amor, primero, porque descubrimos lo valiosas que son la vez el gran bien que está amenazado. Pues experimentamos que no tenemos vida si no es vida juntos. Que no podemos florecer como individuos solitarios, sino solo como miembros de una familia, escuela, barrio… El virus desenmascara la mentira del individualismo y atestigua la belleza del bien común.

Y así despertamos al amor, en segundo lugar, porque sufrimos como propio el sufrimiento y la angustia de los otros. El dolor nos une. En cierto modo nos hemos contagiado todos del virus, porque se ha contagiado nuestra comunidad, ciudad, nación. Vienen tiempos duros para muchas familias, para los ancianos, para los más frágiles. Y el dolor acrecentará entre nosotros las obras de amor al prójimo. La dificultad del contacto físico requerirá un amor inteligente, que invente nuevas formas de presencia. Los medios tecnológicos nos ayudarán a expresar esa cercanía y apoyo afectivo que, lejos de contagiar el virus, nos vacunan contra él.

Despertar al amor será también, en tercer lugar, despertar a nuevos modos de obrar juntos. Pues el dolor del virus, además del que causa la enfermedad, será el dolor de la zozobra, de no saber a qué atenerse ni cómo sacar adelante las mil cosas de la vida cotidiana, será la fatiga de rehacer planes y de soportar la espera. Y el amor inteligente y creativo será el de los maestros que no interrumpen su labor educativa ni su apoyo a los alumnos, el de los padres que inventan quehaceres y juegos para sus hijos, el de los pastores que siguen llevando alimento a sus fieles, el de las familias que inspiran y comparten su creatividad con otras familias.”

2, Haz un esquema de las ideas esenciales.

3, Busca por internet una reflexión de la psicóloga italiana Francesca Morelli a raíz del brote de Coronavirus.

Comentario reflexivo ¿Qué te ha parecido? ¿qué crees que diría con el paso del tiempo, a día de hoy?

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