"Una
de las funciones de la Iglesia es ser consciente de las dificultades
que enfrentan los refugiados y estar preparada para responder a las
"heridas que marcan su existencia", tales como el abuso de poder, la
violencia, las situaciones traumáticas y la angustia ante su futuro.
Todos estos factores deshumanizan a los refugiados. Esto debería
impulsar a todo cristiano y a la comunidad entera a prestarles una
atención especial". El Papa Francisco, en una reunión con los
responsables del Servico Jesuítas de Refugiados AQUÍ
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