"En una de las luchas por defender el derecho a la tierra de los dalits en que participé, me detuvieron, me desnudaron, me torturaron y me metieron en la cárcel. Durante el cautiverio uno de los policías se acercó y me dijo: "Pareces un hombre inteligente y con muchas capacidades. ¿Por qué gastas tu vida y tus talentos con esa gente -los intocables, etc.-, en lugar de fundar un colegio que podría ser útil para nosotros y por lo cual te estaríamos agradecidos?"
Aquel hombre me decía con ello que los talentos y la inteligencia debían ser puestos al servicio exclusivo de gente con privilegios e influencia. A los marginados, dalits y gente pobre, nunca debería permitírseles alcanzar lo mejor. Aquella detención fue para mí un momento de gracia que me llevó a comprometerme más a fondo con la causa de los pobres, los marginados y los dalits. Utilizar los mejores medios en su favor es un reto en el contexto cultural indio, que se rige por el sistema de castas. Me doy cuenta y experimento que la creación de movimientos populares constituye una respuesta a ese desafío."
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