Friday, October 5, 2012

FÁBULA: EL JUEZ Y LA ZORRA

Cansado de dictar sentencias, sintióse el juez con ánimo de pasear por el campo. En ello estaba, cuando se cruzó una zorra en su camino. Y el juez dijo:

  -Saludos, noble animal cuyo nombre, en su justo contexto, no supone expresión de menosprecio a la dignidad de la mujer.
  Al escuchar tales palabras, los asnos de una granja cercana comenzaron a rebuznar de tal forma que espantaron a las gallinas, cuyo cacareo sobresaltó a unos leñadores que decidieron organizar un linchamiento público del juez porque al no entender bien el significado de algunas palabras pensaron que estaba insultando a la zorra. Un cazador, alertado por el revuelo, se acercó al lugar amenazando a todos con su escopeta porque, si se trataba de zorras, no podía haber mayor autoridad en la materia que él. Llegó el granjero, quien, por su experiencia, se consideraba un experto en la materia. Y la granjera, que también consideraba a su marido como un experto en la materia, aunque por otras razones que no vienen al caso. Y vino un gendarme y un sereno y una ambulancia y varias dotaciones de bomberos que no habían alcanzado a comprender que el incendio, por el momento, sólo era dialéctico.
Desde la rama de un árbol, un cuervo observaba la escena divertido. Sólo él se había percatado de que hacía ya mucho tiempo que la zorra yacía muerta, aplastada por la muchedumbre. Y calculó los beneficios que le podría reportar construirle una bonita caja de pino.

Moraleja: Si eres juez, sales a pasear por el campo y te encuentras a una zorra, antes de abrir la boca asegúrate de que no hay ninguna granja con asnos en los alrededores.

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