Hoy clausuramos una etapa importante en vuestra vida académica y personal. También en la mía como profe durante 6 años viendo como habéis ido creciendo y agradeciendo todo lo que hemos aprendido juntos.
Nuestra asignatura nos invita a analizar la realidad que vivimos, a mirar la vida con profundidad, a descubrir sentido y a crecer como personas libres, comprometidas y compasivas al estilo de Jesús y su Evangelio.
En estos tiempos, donde tantas voces nos empujan a mirar solo hacia fuera, os invito a mirar hacia dentro. La verdadera felicidad no se encuentra en tener más, sino en ser más: personas más auténticas, más agradecidas, más capaces de amar y servir (como decía San Ignacio de Loyola, mi santo preferido: “en todo amar y servir”).
Ese es el reto de nuestra vida: seguir a Jesús de Nazaret y vivir su mensaje desde la sinodalidad que nos invita a caminar unidos desde el respeto a la diversidad, desde la libertad interior, desde el silencio y desde la sabiduría del discernimiento que nos inclina hacia lo mejor, el bien común y la felicidad compartida.
La comunicación, es el puente entre nuestro mundo interior y las demás personas. Aprender a escuchar, a comprender vuestras emociones, y a comunicaros desde la verdad, con el gesto y la palabra oportuna. No se trata solo de decir lo que pensáis, sino de aplicar el triple filtro de Sócrates con respeto y sinceridad, sabiendo que cada palabra puede construir o herir a quien la recibe.
La vida es una paradoja: cuanto más piensas en tí, menos satisfacción sientes; cuanto más te das a los demás, más te descubres.
"No tengáis miedo" a mirar hacia vuestro interior y eso os llevará a mirar otras realidades, comprender otras formas de pensar y respetarlas... Recuerda: La diversidad siempre enriquece.
Descubrir que cada persona es su mejor amiga, quien mejor se conoce, quien más se quiere y se respeta es tarea para toda la vida.
Ser sal y luz es un reto apasionante, arriésgate a iluminar y dar sabor, con humildad, desde el agradecimiento y con valentía para que nuestra vida sea siempre un testimonio de esperanza, alegría, paz y amor con quienes nos rodean.
Muchas gracias por tanto, y adelante siempre. Ya sabéis dónde estoy "paloksea".
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