Empezar por lo más básico: no es un lugar, un territorio...
Al hilo de esto recordar que Jesucristo habla muchas veces del Reino de Dios, que está cerca y la manera de explicarlo es con parábolas que son comparaciones que expresan una enseñanza.
También hay que recordar el sentido de las palabras de Jesús ante Pilatos:
"Mi reino no es de este mundo, si mi reino fuese de este mundo...".
A continuación relacionar el Reino de Dios con el proyecto que Dios tiene sobre el mundo, el ser humano, la vida. Ese Reino está ya en nuestro mundo.
Y aquí descubrimos realidades positivas de nuestro mundo: cosas que contribuyen a que ese Reino se vaya manifestando más plenamente, signos del Reino.
Pero también vemos el "lado oscuro": el Reino no se ha realizado totalmente (hay muchas situaciones negativas a nuestro alrededor).
El Reino se manifestará plenamente más allá de esta vida, pero los cristianos se esfuerzan por anunciarlo y construirlo ya en este mundo.
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